Uno de los más grandes terremotos que haya conocido el siglo XX tuvo su epicentro en el Callao. El 24 de mayo de 1940 tuvo lugar un sismo de intensidad de 8.2 grados en la escala de Richter. El siniestro también afectó a Lima. Para mayor tragedia, se produjo también un maremoto que arrasó las costas limeñas y chalacas.
Sin embargo, fue en la Provincia Constitucional donde más se sintió el terremoto, por su cercanía al epicentro. Tras el sismo, el mar se retiró 150 metros para luego volver con olas de tres metros, que anegaron los muelles.
Cuando todo hubo terminado, el paso del terremoto había dejado en el Callao un saldo de 100 muertos, 2,000 heridos y cinco mil casas destruidas. La Iglesia Matriz quedó severamente dañada, mientras que el Terminal Marítimo se hundió en más de 500 metros.
Hay que señalar que, para mayor fatalidad, el siniestro se dio a las 11:25 AM, hora en que los escolares abandonaban sus centros educativos, lo que aumentó el pánico y confusión.
Luego vino la reconstrucción. Muchas familias afectadas (en especial las más pobres) recibieron ayuda de parte del gobierno del presidente Manuel Prado Ugarteche. Por otra parte, se readaptó la arquitectura de Lima y Callao, para que estuviese mejor preparada para posibles nuevos terremotos. Eso sin contar con que buena parte de la costa cambió para siempre.
Lima y Callao han sufrido a lo largo de su historia de varios movimientos telúricos. Pero el de 1940 siempre será recordado como una advertencia para el futuro.
Eduardo Guzmán Novoa
No hay comentarios:
Publicar un comentario