El Diferendo y/o Contencioso Marítimo - CORDIC


¿Qué pretende Chile con tergiversar los sucesos histórico-geográficos?

Ahora el Tribunal Internacional de La Haya, conforme a la documentación recibida, a los alegatos orales de las partes tendrá que fallar, por supuesto a favor del que ha presentado, con la transparencia debida, la legalidad pertinente, el sustento necesario acerca del problema de límites marítimos.
 
 
La posición chilena de pretender que lo rubicado en 1952 y 1954 son tratados de delimitación limítrofe, peca de cuestionable e infantil, cuando lo que se firmó en esos años era para preservar recursos pesqueros, marinos, de tres países de esta nativoamérica subdesarrollaa frente a las voraces potencias de la época, de un mundo que solo consideraba 12 millas marinas, no más, de ahí que se hablara luego de las 200, tampoco de adjuntar a esa clase de documentos cartografías, descripción de fronteras, historiales, etc.
 
Pero lo curioso de la cuestión, los papeles del 52 y 54 no harán volúmenes, apenas resultan unas cuantas hojas que el Derecho Internacional actual las considera ajenas al asunto central que la Corte de Holanda ventila.

Entonces nos pertenece el triángulo exterior (que está dentro de nuestras 200 millas, no es alta mar o "Mar Presencial"), el área en disputa de 37,967 km², para lo cual conviene emplear conviene emplear la línea equidistante, la bicectriz, no el paralelo, útil frente a cuestiones insulares. Además se dará así cumplimiento al Tratado de Lima, el cual estrablece la delimitación a partir del punto Concordia , no del Hito N° 1 ( a 264 m. del punto original), esto prueba que la argumentación peruana tiene solidez, veracidad, ajuste a realidades concretas, no invenciones. Se trata pues de una demanda formal presentada el año 2008, cuyos resultados serán inapelables; previamente fue notificado Chile, pero jamás prestó oídos La Moneda.

Si el fallo favoreciera a Chile, perjudicados serán los departamentos (mal llamados regiones) de Tacna, Moquegua y Arequipa, perdiendo áreas terrestres valiosas, debilitándose todo el sur peruano, inclusive se ha de ampliar el ánimo del expansionismo, sea económico o militar, del vecino país, cuyos regímenes no han cumplido ad literam el Tratado de 1929 e impusieron a la mala el Tratado de Ancón, obra del traidor Iglesias Pino. Incluso al Perú lo obligarían aquellos partidarios, los lobbystas, de la Covemar a ingresar a ésta, por consiguiente las 200 millas se reducirán a 12, entre otras pérdidas contrarias a la soberanía de una nación libre.

Sin embargo, de acuerdo a nuestros alegatos, a pesar de cierta intervención periodística nada táctica del compatriota Chirinos a través de La Razón del día 13, el Perú (así decirse según Porras, Vidaurre, Raimondi D.) debe conseguir, gracias a la razón de las verdades la respuesta positiva del TILH, la que seguramente rechazarán los chilenos de óptica estrecha, como quienes conforman la "Concertación 11 de Septiembre", los ex presidente Frei y lagos, sus halcones, "aquellos animales que solo entienden la fuerza" al decir del recordado general Velasco, quien quiso recuperar los territorios conquistados por el mastín de la entonces inglaterra factorista, un hecho que hubiese solucionado también la mediterraneidad de Bolivia, el problema mapuche, aparte de demás casos aún no resueltos.

El próximo año, entre junio y julio, a esperar la decisión de los jueces de La Haya, tribunal rechazado malamente por el régimen colombiano de Santos, enemigo de los aliados del "Mono Jojoy".

¿Después de La Haya, qué?...

Ricardo Pérez Torres Llosa

NOTA: Felicitaciones al canciller Rafael Roncaglio Orbegoso, de mi generación, a quien conocí hacia 1962 en el Patio de letras de la PUC por medio de Daniel Oré Arámbulo, ex alumno sancarlino. Extendida la misma al cuerpo de defensores del Perú, algunos de ellos convermaristas convictos y confesos.

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