El Cañón del Pueblo - CORDIC


En un día y una noche, el pueblo peruano instaló un cañón de 500 libras, para la defensa del Callao. La fecha era las vísperas de la Batalla del 2 de Mayo. El enemigo era la escuadra española. Y la pieza de artillería que daría la primera salva de ese histórico combate es hoy conocida como el Cañón del Pueblo.


Fue en el puerto del Callao donde el Perú Republicano libró su batalla definitiva contra España. Mientras se alistaban las defensas portuarias, un cañón Blakely (marca de origen inglés) desmontado fue ubicado. Apenas se solicitaron voluntarios para ayudar a lo obreros en la labor, gran cantidad de limeños y chalacos, de todas las clases sociales, acudieron al llamado, y entre todos instalaron la batería.
 
Al día siguiente, siguiente naves de la escuadra española ya atacaban el puerto, iniciándose así el heroico Combate del 2 de Mayo. El Cañón del Pueblo, al mando del capitán Hermilio Cabieses, realizó su primer disparo, que también fue el último; al retroceder, se descarriló y quedó inservible para el resto de la contienda.
 
Tras victoria vino la reconstrucción del puerto. El cañón quedó olvidado y fue buen tiempo después que fue hallado, desenterrado y reconocido. Fue refaccionado en los talleres del SIMA (Servicio Industrial de La Marina), y actualmente esta pieza histórica tiene su propio parque, donde es exhibido gratuitamente.
 
Cada vez que veamos el Cañón del Pueblo, recordemos el valor de los hijos del Callao, que al ver en peligro de volver al colonialismo español, se unieron como un solo hombre a los limeños y participaron bravamente en el combate que decidió la independencia del Perú y América.

Eduardo Guzmán Novoa

2 comentarios:

  1. El cañón del pueblo, fue encontrado ha consecuencia de unos trabajos que realizaba sedapal, en el sector del fuerte apache, cerca del antiguo cementerio Británico y la morgue (esquina) Se encontraba a 2.80 mts de profundidad, fui un privilegiado en descubrir y tocar el cañón que había defendido nuestra patria. una sensación inolvidable.
    arnaldo crespo

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